Deuteronomio 28:13 (PDT) | “El Señor te hará ir a la cabeza, no al final; siempre estarás en la cima y no en el fondo. Esto sucederá si tú escuchas los mandamientos que el Señor tu Dios te manda hoy y los obedeces cuidadosamente.”
Recientemente me reuní con un pastor amigo mío, Chris García, pastor general de Ekklesia Miami y entre nuestro saludo me preguntó sobre que tal se encontraba mi familia, me dijo que había visto que nuestro hijo estaba ya bien crecido. A su pregunta le respondí que estábamos muy bien y disfrutando de un tiempo hermoso como familia, pero que además teníamos el compromiso de criar a nuestro hijo de la mejor forma que nos fuese posible. Le comenté que ahora mismo estábamos trabajando en enseñarle a obedecer a la primera vez que le decimos algo, que no es necesario y que tampoco necesita esperar a que le digamos algo dos o tres veces para obedecer. Les confieso, que no es y que no ha sido fácil, pero estamos comprometidos en la educación de nuestro hijo.
En mi conversación con el pastor Chris recordé cómo me tocó a mi aprender a obedecer a la primera vez que se me daba una orden. Tenía quizás como diez años cuando en una ocasión mi papá me dijo que hiciera algo, recuerdo haber escuchado y también recuerdo no haber actuado rápidamente por lo que mi papá me volvió a repetir una segunda vez, y de nuevo no obedecí, así que me acuerdo bastante bien que no hubo una tercera vez, pues lo que vino después fue una tunda de parte de mi papá y una advertencia que jamás mi espalda y yo olvidamos. El me dijo: “No tengo que repetir dos veces una misma cosa, tienes que aprender a escuchar y obedecer a la primera vez”. ¡Ha! desde entonces nunca olvidé ese sabio y doloroso consejo de mi viejo.
LA DIFERENCIA ENTRE OIR Y ESCUCHAR
Muchos solamente saben oír y no escuchar. Aunque ambas palabras nos parecen un sinónimo, la verdad es que hay una gran diferencia entre ellas. Oír es tan solo percibir sonidos y ruidos, pero no necesariamente identificar de donde proviene o que significan. Escuchar, es identificar qué genera o provoca dicho sonido y cuál es su significado, por qué razón el sonido esta siendo emitido.
Necesitamos aprender a escuchar, no basta con oír. Conocer la diferencia entre ambas condiciones entre muchas cosas puede hasta llegar a salvar nuestras vidas. Por ejemplo si un piloto de avión mientras pilotea su nave entre las nubes y de repente se llegase a escuchar una alarma dentro de la cabina, el prestar atención y conocer el motivo de la alarma puede no tan solo salvar su vida, sino también la de los cientos de personas que viajan en ese vuelo.
Para concluir con nuestra reflexión, mi amigo, el pastor Chris me dijo que ellos también habían estado trabajando como familia con sus hijos la necesidad de aprender a escuchar y a obedecer a la primera vez por lo que me contó una anécdota y me dijo: tenemos una amiga que tiene su casa justo al lado de una autopista y en una ocasión su hija pequeña se salió de la casa e iba rumbo a la calle, cuando su mamá se percató corrió para poder alcanzarla pero justo en ese momento logró ver que un camión venia a toda velocidad, supo que no llagaría a tiempo para detener a que su hija cruzara la calle, así que le gritó y le dijo: ¡Janeth detente! Y la niña, sin esperar una segunda vez, se detuvo justo a la orilla de la calle sin cruzar y en ese mismo instante el camión pasó frente a ella. La madre de Janeth le dijo a Chris: “Chris, si nosotros no le hubiésemos enseñado a nuestra hija a obedecer a la primera vez, hoy nuestra hija ya no estaría con vida.”
Saber escuchar y obedecer pueden salvar nuestras vidas físicas, y también nuestras vidas espirituales si tan solo aprendemos a escuchar y a obedecer la voz de Dios a la primera vez que nos habla.